domingo, mayo 06, 2007

El Suicidio (por: Karin)

Amar es morir,
Morir es perder,
Y expresarme también es morir,
Pero de pie.
Me pongo de pie, delante de ti y de mí, y dentro mío, para hacerte y hacerme frente. El pecho se hincha, se infla, de recuerdos, de nostalgia, de amor, y más amor; de rabia, de angustia, de risa, de lágrima, y de coraje. Sobre todo, de coraje. No puede más. Colmará. Y respiro. Decido despojar todo aquello que infla e hincha la garganta, y se expande por la espalda, el cuello, y la cabeza, y las manos sedientas de tacto, y las caderas ansiosas de calor, y las piernas esperanzadas.
Miro tus ojos y me veo en ellos. Me recuerdo lo que en mí descubrí: pasión a niveles desconocidos hasta entonces, y desinhibición; mucha emoción; un escuadrón de mariposas; coraje ya; amor, sí, amor; risa, miradas nuevas, otras sonrisas, otros sueños que nacían.
Sé que lo que haré es un suicidio, y sin embargo, necesito hacerlo. Dijiste que entonces no lo hiciera. Ahora me pregunto por qué, ¡y te digo que te amé, que te amo, que no sé cómo decirlo en palabras porque eso acongojado en mi pecho las trasciende!, mientras camino de un lado a otro, como queriendo escapar de ti, de mí, del sentimiento. Y te abrazo, te aprieto, fuerte, porque te extraño, y te digo cuánto te echo de menos, cuánto siento tu piel en la mía, tu olor en mi aire. ¡Mírame! ¡No sabes cuánto, no sabes, no lo ves! Y te grito que quiero volver a sentirte, a tenerte. El corazón me late despavorido, me retumba, no me cabe en el pecho, quiere salir. Y damos vueltas por el espacio que nos encierra. Intentamos evadirnos el uno del otro, pero no podemos escapar, ni de nuestras miradas ni de nuestras presencias. Entre tú y yo hay una distancia corta, y no obstante, nunca te había sentido tan lejos, tan frío.
Entonces… lloro de amor, pero ya no sólo por ti, sino también por mí. Y de tanto extrañar… me. Y todo eso se evapora en el calor y el peso de mis lágrimas y la congoja de la garganta.
Y muero, por quedar al descubierto ante ti, sin máscaras ni disfraces, sin más que ocultar, sin más incertidumbres que hinchen el pecho. Todas aquellas alhajas y ropas de mujer bella con las cuales aún quise seducirte por última vez, caen tras mis palabras de desolación, de muerte, de suicidio, ante tu mirada ajena y la mía que se pierde en un pasado antes confuso y ahora, sin misterios. El corazón se deshincha, exhausto, agotado de tanto contener. Muero. Me deshago un poco con cada palabra que te pronuncio. Te modulo. Te grito. Con cada grito que abrazo y aprieto fuerte y violento ante tu resistencia; con cada mirada que busca la tuya.
Me agoto, y quedo vacía. De ti.
Siento que muero, que me desintegro, mas no dejo de mirar tus ojos fijamente, y en ellos aún me veo, de pie.
1 de mayo de 2007 por Karin Froimovich.
Me pareció digno de ser publicado. Te pasaste amiga!

4 comentarios:

Unknown dijo...

Amiga! Es un orgullo que hayas publicado algo mío en tu blog !! De verdad me alegré mucho. Qué rico que te haya gustado. Ojalá que al resto de los "visitantes" también les guste, o al menos, se sientan identificados... Quién no ha sentido ganas de gritar que ama ?? Y hacerlo, es aún mejor.
Muchos besos,
Karin.

Anónimo dijo...

Karin encontre muy bueno tu relato la cagó, ojala que en algún otro momento publiques algo más jaja que estes bien un besito chau

Anónimo dijo...

la de arroba era yo la caro M jjaja

Caro dijo...

La verdad es que hace varios años sé como tu escribes, pero dejame decirte que éste es lejos lo que más me ha gustado de ti, no solo por la estructura fantástica que usaste y la impecable interpretación de cada palabra, sino que también porque lograste transmitir lo que muchos han sentido cuando aman a alguien y ya es hora de dejarlo ir, por x motivos.
Yo muchas veces he gritado, llorado, angustiando, etc, pero nunca habia pensado que decirle adios a una persona era un suicidio propio, es olvidarse de momentos, olores, recuerdos. Es morir para volver a vivir.!
Un beso gigante, gracias por escribir tan bien y por devolverme, en parte, la inspiración que a mi me falta.
Carolina