sábado, julio 14, 2007

De Viaje


"En este viaje que cada mañana Lleno de sueños comienzo en la cama Soy un turista que a veces no entiende El raro idioma en que me habla la gente Tantas aduanas entre unos y otros Tantas fronteras volviéndonos locos Hay tantos muros entre las miradas Que aunque nos vemos nunca vemos nada He visto ruinas de sueños caídos Mares de fe en desiertos de olvido Y cuando más me encontraba perdido Un mapa de mi, me entregaste tu Continuemos el viaje los dos mismo cielo, misma habitación Ya no voy a buscar, eres tu el lugar que soñé De viaje... te amare "


Viajar debe ser, sin duda alguna, unos de los placeres más grandes que un hombre puede tener. Subirse a un avión, apretarse el cinturón de seguridad y sentir que las nubes son la mejor compañía que se podría tener por algunas horas.

Llegar a destino, un poco cansado, pero alerta a las indicaciones de los aeropuertos, que así como está el mundo, en todos los países son distintas. Muchas personas hablando otro idioma o quizás el mismo. Colores, aromas, comidas.

Taxis, compras, hoteles, hostales, turistas, museos. Ciudades escondidas, otras grandes. Mega capitales del emprendimiento y desarrolladas como lo sueña Chile, uno ahí atónito mirando todas aquellas cosas que nos parecen importantes y que debemos recordar, pues el viaje es eso: Un recuerdo.


El año pasado, entendí que el viaje más importante que uno hace es el de la vida. Cada unas de las etapas que vamos pasando son las grandes ciudades. Los amigos que vamos creando son los turistas que recorren con nosotros los publos escondidos.

El avión es el cuerpo, cada aeropuerto un cumpleaños, las azafatas y el piloto nuestras familias, las nubes la música que nos acompaña y la turbulencia los temores que vamos adquiriendo.

el año pasado entendí que siempre vale la pena vivir a concho, pues en algún momento el avión se va a caer y tanto recorrido tendrá que haber valido la pena.

No deen que la turbulencia les haga apretar el botón de pánico y escapar por la salida de emergencia. Piensen que cuando el avión ya deje de funcionar cada viaje, cada compra, cada aeropuerto habrá valido la pena, pues vivieron la vida a la altura de un grn turista que se atreve, se arriesga a enfrentar la vida y el viaje como viene.