lunes, octubre 26, 2009

Así somos. Asi soy...

Ayer después de una agotadora conversación en la cual quedé hecha pebre, con los ojos hinchados y el corazón lleno de preguntas, mi amiga Carola Pinto me dijo "enfócate en escribir". Me quede pensando con el corazón lleno de preguntas y muy pocas certezas, es por eso que hoy busqué las respuestas en cada una de las conversaciones de antaño.

Me dió nostalgia que la Carola no esté en Chile. Quizás las cosas que serían más fáciles si estuviera acá. Hecho de menos esas intensas caminatas por el barrio lastarrias disfrutando un rico helado en el emporio de la rosa, Imaginando cómo seríamos en algunos años más. Comprando y releyendo libros, recomendando canciones y reconociendo los códigos que nadie ha podido descifrar.

He leído todo el día distintas cosas para intentar recuperar mi inspiración, esa que se perdió hace algunos meses. Encontré el Blog de Marty y descubrí que le postié en unos de sus escritos, 3 alternativas de por qué las mujeres nos escondemos, pero luego pensé en que hay millones de razones por las cuales hacemos eso.

Llegué a la conclusión, y más aún después de hablar con la Carola, que no sólo nos escondemos de ellos en situaciones específicas, sino también de nosotras mismas en similares situaciones. Huimos de todo lo que no nos acomoda (esa soy yo) renegamos de los sentimientos hasta que estamos muy cagadas y por qué no decirlo TODAS, pero absolutamente todas somos rolleras, aunque critiquemos a las que lo son más que nosotras. Nos escondemos de lo que nos da miedo, de lo que no nos atrevemos a asumir y de la mirada inquisidora de los demas.

Las mujeres nos escondemos cuando no nos contestan una llamada. Por lo general (y es lo que hago yo) pongo el celular en silencio, así no estoy pendiente de las futuras llamadas. Nos escondemos por verguenza y cuando queremos a alguien y ese amor no es correspondido.
Expresamos los sentimientos de diferentes formas, algunas más entusiastas se atreven a declararse, y yo las admiro. Otras hacemos preguntas capciosas para averiguar cosas y cuando oímos lo que no queremos sentimos una opresión gigante en el pecho.

Todas somos celosas, jamás nos arreglamos sólo por hacerlo, si no hay una intención detrás de ello. Cuando usamos escotes queremos "impresionar" y cuando coqueteamos nos tocamos cuidadosamente la oreja y movemos el pelo. A la mayoría nos gusta que nos abracen por la cintura y nos den besos suaves en la cara. A nosotras nos gusta dormirnos con el olor de él en la almohada.

A la mayoría de las mujeres nos da miedo cambiar. Yo me di cuenta de eso y que espero que todo me llegue a la puerta, pues por falta de motivación o de flojera no me gusta salir al encuentro de nada ni de nadie.

Aunque siempre estoy rodeada de gente, soy media ermitaña en mi espacio. Me encanta estar sola, oir canciones mamonas y ver películas románticas. Pongo barreras en mi vida para que sólo algunos logren entrar en lo más profundo de mi ser. Sé que cuando admiro a alguien es porque realmente lo merece. Sin embargo, y aunque la mayoría me conoce tal cual soy sigo poniéndome obstáculos para no ir un paso más adelante, demuestro poco lo que siento. Me escondo de mis temores, aunque los asumo. Soy paradójica.

Amo escribir, sin embargo, lo he dejado un poco botado, también por temor a no ser buena, a que la gente se aburra de leer mis mamonerías o que simplemente yo sola me enamore de mis palabras y no el público.
Hace tiempo llegué a la conclusión que el mejor refugio que pude encontrar es escribir, sin embargo, evito hacerlo frecuentemente, pues también me escondo de él, por temor a quién lo lea me encuentre en el sitio menos indicado.

viernes, octubre 09, 2009

Sentido común

Finales de septiembre y principio de octubre han sido semanas turbulentas, he vivido un tumulto de emociones que no estaba preparada para volver a sentir. O quizás, hacía tanto tiempo que no sentía esos sentimientos que había perdido el "training"
Esa cuchillada en la guata que da entre risa y ganas de vomitar. Tos nerviosa, respiración acelerada y una rabia incontrolable donde tiras "mierda" a quien se te cruza en el camino. Desiciones apresuradas y actitudes poco "dignas" para una mujer hecha y derecha, sin embargo, todo lo que puedan decir y tu racionalizar no sirven de nada, pues de todos modos, todo lo anterior lo sigues sintiendo, lo vives, lo hueles.

¿Qué se puede hacer en esos casos? ¿Ser cínica y hablar, estar y compartir cómo si nada? o ¿puedes ser confrontacional y decir lo que piensas como lo piensas y porqué lo piensas?

Generalmente soy así, voy derecho por la vida, pero en otras instancias me quedo absolutamente callada, hablo poco... pienso más y razono menos... simplemente todo el baile neuronal de días valen hongo porque siempre, pero siempre le termino haciendo caso a la "cuchara" y no a los principios y el sentido común. Sentido común que algunas personas, por ejemplo, yo lo tienen absolutamente elevado, pues siempre espero que el actuar de los demás sea más o menos parejo, pero eso no pasa seguido y choca más cuando las personas que más quieres y confías lo tienen tan inferior al tuyo. Cuando cosas básicas de la relación (de cualquier índole) se van a la cresta por falta de comuniación, pero principalmente por falta de criterio.

Yo me considero una persona ( y quizás me equivoque) respetuosa y por lo tanto exijo respeto. Si soy absolutamente leal, exijo lealtad y si doy cariño, lo mínimo que pido es un poco de retribución. Por lo tanto, siento que es hora de que nos demos cuenta y ME de cuenta que no todos piensan, razonan y hablan con la claridad que esperamos, por más que duela y la cuchillada en la guata te ahogue sin dejarte respirar, hay que acostumbrarse que los seres humanos somos absolutamente distintos y que aunque hayamos crecido de manera similiar, siempre el respeto por los otros es primordial en cualquier tipo de relación y lamentablemente todas esas cosas básicas que yo exijo se vieron vulneradas. ¿Estaré exagerando? o ¿Será mínimo lo que pido?

Opinen...