martes, agosto 06, 2013

produccbra: capitulo 9

produccbra: capitulo 9

Hola! super que C13 no va poner más los capítulos en el trasnoche asi que queria saber si vas a subir el de hoy?
gracias!

martes, febrero 12, 2013

Como si fuese ayer

Recuerdo cómo si fuese ayer la primera vez que puse un pie en ese lugar. Tu parecías simpático, algo retraído. Hablabas poco, procesabas más y cada vez que te molestaba algo me mirabas con cara de querer matarme, pero jamás emitiste un comentario. Recuerdo aquellas fiestas con cumbia detrás, y movías tus pies disimuladamente para que no se notara que te morías por bailar, pero tu pánico escénico era más fuerte que tus deseos.

Recuerdo como si fuese ayer aquellas tardes haciendo trabajos de filosofía, artes e historia, donde siempre teníamos que actuar y tu sólo decías una frase y con eso te ponían la nota, mientras yo trataba de hacer lo mejor posible para que todo resultara. Recuerdo con mucha nostalgia esas siestas maravillosas en Brasil cuando dormía en tu cama y todo era tan aromático, tan varonil. 

Recuerdo como si fuese ayer que jamás faltaste a ningún cumpleaños y sólo nos veíamos 2 veces al año. En pleno invierno y en el verano. En esos encuentros conversábamos poco, tu te reías de mis "peladas de cable" y yo te tu pasividad.

Recuerdo ese día que nos "reencontramos por msn" y en la noche te llamé para inivitarte a carretear, después de todo un año sin vernos, llegaste a mi casa y lo primero que dijiste fue "ohhh que rico hueles" Ese día reímos de buena gana y comprendí que tal vez, algo parecido a tí andaba buscando. Quizás por eso todavía recuerdo la primera vez que salimos solos... lo nerviosa que estaba y lo callado que permanecías tu. Te veías tan guapo y manejabas concentrado hacia el lugar que te había indicado. 

Recuerdo como si fuese ayer cuando un día de verano hablamos de las relaciones y tu dijiste "cuando yo me preocupo por alguien es porque me gusta" cuando llegué a mi casa me di cuenta que yo te gustaba mucho, pues tu preocupación por mi venía de años y yo no me había percatado. Comprendí que éramos tan distintos, pero eso mismo hacía que nos atrayeramos tanto. 

Recuerdo como si fuese ayer cuando una película de guerra fue nuestra mejor amiga, pues dejó libre la puerta a tu timidez y al irme a dejar dijiste: " te puedo dar un beso". ¡Por Dios! - pensé. Tenía tantas ganas de dártelo que al hacerlo fue el mejor de los regalos... Te fuiste de viaje, volviste, me acunaste, salimos, paseamos y nos "enamoramos". Durante una pelea de invierno me dijiste desesperado "Te amo" y yo me quedé en shock.

Recuerdo como si fuese ayer cuando cerré mis ojos y al abrirlos todo se había desvanecido. Tu timidez y mis inseguridades nos habían pasado la cuenta. Tu estabas tan encerrado y yo tan desprendida. Recuerdo cuando me bajé del auto esperando que tú no te fueras, pero era demasiado tarde... Recuedo que ahora nos vemos seguido, hablamos menos... Me sigues cuidando y yo te sigo mirando. Me llamas, mientras yo intento alejarme lo más rápido posible de ti.

Recuerdo como si fuese ayer... pero ahora no me quiero acordar.


lunes, agosto 20, 2012

El viento y el chaleco

Un día después de casi 6 meses sin hablar sonó mi teléfono y sin poder creer lo que miraba le contesté - Aló- dije. - Te echo de menos- dijeron del otro lado. Hasta ese momento recuerdo la conversación porque me quedé en blanco tratando de buscar en mi almacenaje cuándo había sido y porqué nuestra última discusión. 

 Esa noche nos vimos, Julián y la Mariana se casaban a la semana siguiente e inventaron un carrete previo para que sus amigos más cercanos compartieran y celebraran con ellos. No nos hablamos y nos sentamos distanciados, sin embargo, de vez en cuando nuestras miradas se cruzaban. Al día siguiente me envió una solicitud de amistad y mi primera reacción fue pensar que era un "cara de raja", pero más tarde y ante mi negativa de aceptarlo me mandó un inbox insistiendo para que lo agregara. Yo confusa, entre la felicidad y la rabia, lo agregué. Como antaño me quedé pegada en sus fotos viendo y recordando cada momento, pues todo lo que habíamos hecho lo habíamos hecho juntos. 

Al otro día me invitó a salir y sin pensarlo, en un arranque de emocionalidad aguda le dije que sí. Me pasó a buscar temprano, me puse el perfume que a él le gustaba y él venía recién bañado, afeitado y muy nervioso. Fue muy extraño ese acercamiento, ambos íbamos callados y creo que se empezó a preocupar por mi mutismo. - "Emila habla" - Dijo para romper el hielo. Dio varias vueltas en círculos hasta que se estacionó mirando el mar. Se bajó del auto, se sentó en el capó y me hizo una seña para que hiciera lo mismo. - Tienes frío- Preguntó - no - respondí - estoy bien. - En verdad no quería que me abrazara. Se puso las manos en la nuca, respiró hondo y sin más dijo - "Emilia, te amo". Hacían 6 meses que no nos hablábamos y él se sentía con el derecho de decirme eso sin más, lo encontraba último. Así que lo miré y le dije - Diego llévame a mi casa- y me subí nuevamente al auto. Él, en cambio, con su calma de siempre se quedó donde mismo contemplando nuestro paisaje favorito. Después de un rato largo me bajé y senté junto a él, contemplé el paisaje como él lo hacía. Poco a poco me fui acercando y puse mi cabeza en su espalda, él se quedó en silencio y quieto. Ese momento, en particular, fue único.

 - ¿Sabes porqué te traje hasta aquí? - Preguntó. - "Por que acá con un llanto desesperado me pediste que me mejorara, acá fue nuestra última pelea y acá te vi. Te vi hace un par de semanas con Francisco". - Se quedó un rato en silencio y volvió a decir - "Uff no puedo explicar la pena que sentí, fue como si algo atravesara mi corazón y el poco aire que queda se atascara en la garganta. Intenté acercarme, te lo juro, pero no fui capaz... te veías tan feliz, sin embargo, te sentías ausente, tengo certeza que nunca lograste acoplarte al momento... Mmmm recuerdo un minuto en que miraste al infinito, tenías puesto ese chaleco grueso que te compraste en España y tu pelo largo se movía desordenado con el viento, en ese momento nuestros ojos se cruzaron, pero no me viste... fue en ese instante, ese pequeño instante en que supe que no te podía perder". 

 Durante esos minutos nunca lo miré a la cara, sólo buscaba el mar. - "No sé que decirte, Diego"- le dije... - ¡Emilia! - dijo medio desesperado. - "Quiero que por primera vez me mires y me veas, que me digas lo que tengo que escuchar sea bueno o malo... que dejes que te comprenda, que te oiga... Y si no quieres - Dijo mirando hacia abajo - te subas al auto, te voy a dejar y hacemos como si esta conversación jamás la hubiésemos tenido". 

 Me bajé del capó, caminé lentamente hasta el auto, abrí la puerta y antes de sentarme volví a mirar el mar, entonces saqué un chaleco y me abrigué. Caminé lentamente hasta donde él estaba y lo miré fijamente... - "No quiero decirte nada, no puedo decirte nada... así como tu te sentiste ese día que me viste con Francisco, me he sentido cientos de veces buscando una respuesta en mi cabeza que me dijera porqué después de casi 3 años nunca pude ser la única mujer en tu vida". "No tengo nada que decirte porque los cuestionamientos son conmigo y no hacía ti.... creo que puse demasiado peso en tus hombros y no te lo pudiste. Creo que yo soy la culpable de que esto no funcionara porque siempre tiendo a alejar a la gente que quiero... y a ti te alejé con mi egoísmo, siendo dura e intransigente. Te alejé ese día, acá mismo cuando te grité desesperada que ya no quería saber nada más de ti, sin embrago, eso que te dije es lo que más duro que he dicho en mi vida... lo que más me ha dolido" Sequé mis lagrimas y me di vuelta... miré el mar nuevamente y suspiré. El se acercó cuidadosamente y me abrazó con ternura por la cintura, puso su boca cerca de mi oído y dijo "Pero te amo" ... Lo abracé fuerte, el sol se estaba poniendo y una brisa fría inundó el lugar, el sólo dijo - Gracias, no tengo que escuchar nada más... lo dijiste todo"... y ¿Sabes cómo se llama esto?...se llama reconciliación" Después de ese día nunca más he dejado de abrazarlo.

domingo, noviembre 28, 2010

2010

Este año han pasado muchas cosas y muy rápido, pareciera como si el terremoto apuró más procesos naturales de cada cual he hizo que nos viéramos de frente, sin tapujos.
La primera vez que me miré a mi misma fue en mayo cuando de una conversación potente surgió una simple pregunta. Aquella noche vertí todo lo que había guardado hace meses, tal vez hace años. Mis temores se disiparon en ese momento y por primera vez en mi vida conté cosas que no se las había contando a nadie. Hasta lloré.

Me cuestioné muchas cosas, muchas actitudes, quizás falta de criterio, no lo sé, pero lo que más me cuestioné fue el hecho de que con 27 años no había disfrutado ni la cuarta parte de mi vida. Recordé este verano cuidando niños y mirando el mar, pensando y ahogándome en la angustia por algo que duró tan poco, sin embargo, para mi fue casi una eternidad. Recordé y lloré pensando en aquella pena inmensa que no dejaba respirar, pero también recordé cuando miré aquellos ojos profundos y me volví a reencontrar en el fondo de ellos.

Este año ha sido intenso, me reencanté conmigo. Conocí gente nueva, me volví a enamorar y empecé a superar mis miedos. Me liberé de ataduras, dejé el estres y la responsabilidad dejó de ser mi mayor cualidad. Entendí que hay que liberarse y desprenderse porque no todo tiene la importancia que uno le atribuye.

Este año volví a bailar, a salir, a dormir 1 hora para volver a levantarme. Este año he reído con más ganas y las lágrimas son visitas recurrentes.
El 2010 ha sido caótico, sin embargo, he vuelto a creer, a verme reflejada en el espejo y darme cuenta que solamente rompiendo un poco mis barreras la vida fluye. Aprendí que no hay que ser tan rígida y que vivir no es estar en una eterna competencia, que la rabia hace daño y el orgullo aleja.

Durante estos meses descubrí que, si bien, unas de las mayores virtudes del amor es la falta de egoísmo, yo todavía no puedo desprenderme de la persona que amo y aún más aunque él persiga un sueño yo no voy a ser capaz de soportar su ausencia, sin embargo, por ahora solo sé que soy y me siento inmensamente feliz.

Gracias, 2010.

jueves, septiembre 02, 2010

Admito que...

Admito que soy: Leal
Admito que me gusta: Escribir
Admito que en el colegio:Era porra
Admito que en mi casa: Me siento bien
Admito que me digan: Las cosas como son
Admito que tengo: Muy buenos amigos
Admito que salgo: Todos los fines de semana
Admito que me encanta: Reir
Admito que no tengo: Trabajo
Admito que lo que más me fascina: Mis sobrinos
Admito que prefiero: que las cosas fluyan
Admito que mi MSN es: una forma más de comunicarme
Admito que mi Facebook es: Mi entretención
Admito que voy: a dormir
Admito que antes: Hacía otras cosas
Admito que ahora: Sólo tengo el ahora
Admito que no sé: Nada de la vida
Admito que no sabia: Nada
Admito que últimamente: he estado más melancólica
Admito que me fijo en: Las señales del destino
Admito que soy afortunada en: La vida
Admito que me gusta escuchar: La misma canción muchas veces
Admito que me gusta ver: Muchas veces la misma película

Admito que amo a: A mi familia, amigos y en especial a mis sobrinos
Admito que quiero mucho a: a quienes me rodean
Admito que mis padres: Los mejores
Admito que mi hermanos: las mejores
Admito que estoy esperando: Una señal
Admito que mi amor: Es enorme...
Admito que me comí: Chocolate
Admito que ayer: Fui feliz
Admito que hoy: Seré feliz
Admito que mañana: Intenraté ser más feliz
Admito que siempre: Es tarde
Admito que finalmente: Comprendí que hay cosas que no tienen perdón.

martes, junio 08, 2010

Y pasó...

Y pasó un verano. Pasó un terremoto, se movieron los cimientos de mi vida. Pasaron muchas conversaciones, explicaciones que estaban de más, miradas de perdón y dos besos en el auto.

Y pasó que entré a la universidad, pasó que conocí gente nueva, encontré el oasis que esperaba en medio del desierto y pasó que ahora me doy cuenta que ya no sé si siento lo mismo que hace algunos meses. Paradógicamente sé cómo me siento, pero no lo que siento. Por fin encontré el cause, me estoy reencantado con mis cosas y con la vida.

Pasó que ya no pienso en ti. Y pasó que ahora me doy cuenta de lo entretenida que puedo ser y que la verdad lo único que necesitaba un partner que solamente le gustaran un poco las mismas cosas que a mi.

Pasó que el fútbol ya no tiene relevancia y que unos motores no sólo se han transformado en un pensamiento, sino en un gusto. Pasó que te sigo queriendo como el primer día y que cada vez que me miras se viene todo el pasado encima, pero ya no creo que quiera seguir queriéndote como lo hago. Tengo la certeza que puedo volver a querer a alguien más y lo más importante quererme y sentirme feliz conmigo.
Pasó que me di cuenta que nada es tan intenso y doloroso como se vive y se piensa... pasó que probablemente tenían razón y lo que viene rápido, rápido se va...

viernes, abril 09, 2010

Flashback


Día a día revivo lo que pasó esa madrugada del 27 de febrero. Llegué a mi casa, me puse pijamas y pensé en tí. Para variar. A las 3.34 empezó el "acabo de mundo" y con él pensamientos tan devastadores como el propio terremoto, un terremoto que fue más de cimientos personales que materiales, un sismo de gran magnitud que cambió por completo mi forma de comportarme frente a ti, frente a lo de "nosotros". Sin embargo, igual pensé en ti y te mandé un mensaje y me respondiste... y nuevamente pensé en ti.

Con el "sismo" cambiaron mis parámetros, dejé de amargarme por que tu ya no estabas y tu ausencia se hacía más llevadera, pues podía ser yo sin tener que disimular lo que pasaba conmigo, cada vez que te veía y cuando abría el Facebook y veía alguno de tus estados "mamones" mansillando mi día.

Ya no estabas, y con tu ausencia tampoco estaban mis amarguras... te echaba increíblemente de menos, pero ya estaba resignada... Te volví a ver... te sentaste mi lado y sin decir nada te noté extraño... aletargado, más pensativo que de costumbre me miraste y te abriste... yo para variar te contuve y pensé ¿quién me contiene a mi? antes eras tu, ahora ¿quién?
Te miré fijamente y te dije "así como te sientes tu yo me he sentido durante meses" tu mirada se puso aún más profunda, te tomaste la cabeza y dijiste ¡perdoname! No tenía nada que perdonar.

Ahora tengo susto, incluso más susto que antes de aquel beso en pleno verano. Mi temor es que mientras te contengo nuevamente mires para el horizonte y te guste más el futuro que el presente... tengo susto que nunca te des cuenta de lo mucho que te quiero.